¿A quién le importa la desigualdad?

¿A quién le importa la desigualdad?
Según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo)América Latina y el Caribe conforman la región más desigual del mundo, ya que,10 de los 15 países considerados de "mayor desigualdad" pertenecen a esta región.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Síntesis final de la crítica.

Considerando las sugerencias en cuanto a los comentarios es que podemos hacer alusión a una crítica más sintetizada y de visión grupal, enmarcándose en la desigualdad económica con énfasis en la concentración de riqueza y el deficiente manejo y tratamiento que se le ha dado en América Latina, con mediciones no representativas de la realidad y mal focalizadas. Es por ello que creemos que la desigualdad debe ser medida en torno a la conglomeración de riqueza en pro de una mayor equidad, entendiendo que la igualdad al corto y mediano plazo es una utopía.

domingo, 4 de noviembre de 2012

CRÍTICAS Y REFLEXIONES ACERCA DE LA DESIGUALDAD EXISTENTE EN ALC




¿Y QUÉ PASA CON LA DESIGUALDAD?
Cuando hablamos de desigualdad en una sociedad debemos relacionarlo inmediatamente con una estructura estratificada y jerarquizada, entendiendo porque se dice que América Latina y el Caribe vive en una profunda desigualdad desde los tiempos Coloniales, hecho que perdura hasta nuestros días. Si bien la Corona española no está a la cabeza política, actualmente las grandes potencias comerciales inciden en las economías de esta zona.
Estas diferencias de estratificación se ven enfocadas a características como el sexo, etnia y color de piel viendo diferencias notorias en los accesos a educación (aspecto importante para la equidad), alimentación, vivienda y salud.
Entenderemos que el problema de la desigualdad entonces, apunta a mejorar también otros aspectos no solo relacionados con el área económica, sino también social.
Es aquí donde se produce la discordancia, se esperan mejoras en algunos aspectos, pero como es sabido cualquier cambio trae consigo consecuencias. Ninguna solución es 100% beneficiosa entonces, ¿Cuál será la mejor solución? teniendo en cuenta los estudios realizados por distintas Organizaciones tanto Latinoamericanas como de las naciones unidas y entidades económicas se llega a la reflexión de la alta desigualdad en el pueblo latinoamericano, en donde se denota en muchas de estas estadísticas que los niveles de desigualdad económica superan a los países africanos (primer parámetro de comparación) y en donde los esfuerzos realizados para frenar el constante aumento de esta brecha,  van destinadas u orientadas al trabajo y  la superación de la pobreza dejando de lado lo que a perspectiva de muchos es el verdadero problema en América que es la acumulación de riqueza. Este es el real problema en los países latinoamericanos, en donde una cierta porción de la población (reducido a un número ínfimo en relación con los habitantes del continente) engloban las riquezas de los países y acrecientan sus arcas quedando una gran suma de dinero dentro de sus familias o consorcios multinacionales, la gran desigualdad tratada en el trabajo no es necesariamente debido a los bajos ingresos promedio de la población sino la gran fortuna que han acuñado familias en distintos países de habla hispana como la familia Slim en México con $69 mil millones, Luksic en Chile con $18 mil millones, Bulgheroni en Argentina $5.1 mil millones o Safrá en Brasil $14 mil millones(como lo indican los estudios de FORBES) e incluso magnates que superan las fronteras de los países latinoamericanos para acumular riquezas en varios países como el grupo Paulmann con CENCOSUD ($9.3 mil millones) o Bailleres Gonzalez ($16.5 mil millones) dueño de una de las mineras de Plata más grandes del Mundo. Estas grandes acumulaciones de riqueza y la muy deficiente repartición o distribución de los ingresos de los países latinoamericanos a lo largo de su historia ha significado que a niveles económicos sea el continente con mayor diferencia en cuanto a capital familiar. Debido a estas estruendosas cifras los índices de desigualdad son  altos, la diferencia entre ellos y lo que posee una familia normal en un país subdesarrollado es abismante, teniendo en cuenta que si se quitan a estas familias del estudio la desigualdad económica disminuye notablemente dando a entender que la mayoría de la población latinoamericana tiene un rango de diferencia no tan brutal como lo presenta en comparación con estas familias.
Por otra parte hay que tener en cuenta que hablar de desigualdad significa estar dispuesto a entender las distintas posturas que existen frente al tema, a lo largo del tiempo economistas como Friedman , Kuznets entre otros han reflexionado en torno a este concepto que abarca detrás de él aspectos económicos, sociales, culturales y políticos, eso sin contar los impáctos psicológicos que provoca la realidad que implica el término desigualdad.
Se produce una importante contraposición de formas de abordar la desigualdad en América Latina pues los indicadores utilizados tanto los de desigualdad como los de riqueza y pobreza marcan las dinámicas en torno al crecimiento económico de un país y la distribución de esta riqueza, la cual se asocia directamente con la pobreza, con el sexo, la raza y la etnia y por ende la desigualdad.
Para entender estos índices no solo es necesario manejar la metodología y los procesos hechos por la CEPAL sino también es prudente ir más allá y analizar el por qué los países con mayor índice de desigualdad se encuentran en América Latina. Para ello plantearse la pregunta si acaso la igualdad es un problema social o económico, si funciona en torno a los niveles de pobreza si en sí la pobreza es el problema de la desigualdad o si en realidad el verdadero conflicto se produce en la mala distribución de las riquezas que hace que la gente que recibe menos ingresos se sienta en mucha desventaja en relación al ingreso que tienen los más adinerados. Esto bajo el parámetro de que si los ingresos del país en el que yo resido aumentan, habrá un incremento también para quienes se llevan los mayores ingresos y si a eso le sumamos que no se crean políticas en pro de una mayor equidad, la brecha social y económica sigue aumentando y con ella la demarcación más notoria de la estratificación.
Es por ello que creemos que no solo basta con la aplicación de índices mencionados anteriormente y que se debe tener en cuenta que la igualdad en perfección es una utopía, porque la desigualdad se necesita tanto como la inflación en los precios del mercado para mantener un cierto control a través del juego del tira y afloje. Sí podemos aspirar a que exista una distribución de los recursos de una manera más equitativa y para ello se necesita que los recursos que son básicos se expandan con énfasis en quienes poseen menor ingreso, creando políticas y reformas que protejan a aquel que se vea en desmedro por ser mujer, indígena o de ascendencia africana.  Si lo miramos desde este punto el que un indígena gane desde el 35 a 60 % menos que un hombre blanco (siendo distinto en el caso de las mujeres) o que en Brasil las personas con ascendencia africana ganen el 45% del mismo ingreso que recibe un blanco por el mismo trabajo, sí podemos afirmar que el tema de desigualdad sí es un problema social.
Por otro lado si tomamos las estadísticas y nos referimos a que el decil más rico dentro de América Latina se queda con el 48 % total de los ingresos mientras que los del decil menor solo el 1,6% sí nos damos cuenta que también es un problema económico y que aunque los índices de pobreza hayan presentado cifras mejores mostrando su disminución en los últimos tiempos la iniquidad sigue existente, fundamentándose en el que el 57% del PIB de ALC se produce en un 9% del territorio.
Es en base a éstos antecedentes  que consideramos que más allá de los índices de la CEPAL o de pensar que la pobreza es consecuencia base y primordial que se debe atacar para dar una solución a esta disparidad en la zona, se debe pensar también en la riqueza y en cómo esta se concentra, planteando una gran pregunta; ¿Hasta qué nivel de aglomeración y concentración de esta riqueza es moralmente aceptable? El problema no está en los pobres ni en los resultados de los indicadores de pobreza e igualdad, el problema es que no hay un indicador de distribución de riqueza permitida y se sigue arrastrando además de todo lo dicho anteriormente algo que va más allá de las brechas existentes y que se han podido ir reduciendo en el tiempo, dando alusión a una ALC más preparada en comparación a años anteriores pero no así  a nivel de países industrializados y este algo es que la desigualdad existente sigue el patrón de colonización Europea en la región, repitiéndose el escenario en el cual los grupos más acaudalados económicamente influyen en las instituciones y las políticas públicas en beneficio de ellos, ejemplo de esto fue  lo diferente del escenario en cuanto a la educación primaria y su poco apoyo en comparación con las universidad y el financiamiento recibido para los hijos de quienes dominaban mayormente.